lunes, 8 de abril de 2013

DEVOCION A LA DIVINA MISERICORDIA




“Cuando un alma se acerca a Mí con confianza, la colmo con tal abundancia de gracias que ella no puede contenerlas en sí misma, sino que  las irradia sobre otras almas...” (D.1074)
Pero en la devoción a la Divina Misericordia este mensaje toma un enfoque poderoso que llama a las personas a un entendimiento más profundo sobre el Amor infinito de Dios y la disponibilidad de este Amor a todos especialmente a los más pecadores.

El mensaje y la devoción a Jesús como la Divina Misericordia está basada en los escritos de la Santa María Faustina Kowalska, una religiosa polaca sin mucha preparación escolar y que en obediencia a su director espiritual, escribió un diario de alrededor de 700 páginas que relatan las revelaciones que ella recibió sobre la Misericordia de Dios.

No importa que tan grandes sean nuestras faltas, Dios nos ama a todos... y Él quiere que reconozcamos que Su Misericordia es más grande que nuestros pecados, para que nos acerquemos a Él con confianza, para que recibamos su Misericordia y la dejemos derramar sobre otros. Así pues, podemos resumir fácilmente esta devoción... pide su Misericordia... sé misericordioso... confía completamente en Jesús...

La imagen es esencial en la devoción a la Divina Misericordia y además es la síntesis visible de todos los elementos  fundamentales que la componen: la imagen de Jesús Misericordioso nos recuerda el Amor de Dios  entregado en Jesús resucitado, luz que disipa las tinieblas del pecado y de la muerte, paz que reconcilia al hombre con Dios y al hombre con su hermano, alegría que brota de la confianza y la seguridad de saber que hemos sido salvados, redimidos para siempre. La inscripción, al pie de la imagen: “Jesús yo confío en ti” nos  llama a poner nuestra vida en sus manos con  total confianza. La imagen nos llama, con su  mirada, a sentir y recibir la Misericordia de  Dios y a la vez nos invita a ser misericordiosos con nuestros hermanos.


El origen de la imagen está vinculada a la visión que tuvo Santa Faustina en su celda del convento de Plock (Polonia). Así nos lo relata ella misma. Al anochecer del  22 de febrero de 1931, estando en mi celda vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca. Tenía una mano levantada para bendecir y con la otra tocaba la túnica sobre el pecho. De la abertura de la  túnica en el pecho salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido. En silencio, atentamente miraba al Señor, mi alma estaba llena de temor, pero también de una gran paz y alegría. Después de un momento, Jesús me dijo:Pinta una imagen según el modelo que ves y firma: Jesús, yo confío en Ti. Deseo que esta imagen sea venerada en el mundo entero. (D.47)Prometo quela persona que venere y lleve consigo esta imagen no se perderá de mi Camino. Yo Mismo la defenderé como a Mi gloria”. (D.48)



Jesús, yo confío en Ti




“LA HUMANIDAD NO ENCONTRARA PAZ HASTA QUE SE VUELVA CON CONFIANZA A MI DIVINA MISERICORDIA"
Diario n.699.
Lugares de encuentro con la Divina Misericordia
¿Dónde encontrar fuerza para confiar en el Señor siempre?; en la Iglesia católica, unidos a la Santísima Virgen María, a través de la Palabra de Dios, de Liturgia –especialmente de los Sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía-, de la oración, y del amor al prójimo.
Jesús mostró a Santa Faustina para recibir su Misericordia: la imagen de la Divina Misericordia, la Coronilla de la Divina Misericordia, la hora de la Misericordia, la novena y la Fiesta de la Divina Misericordia
NOTA IMPORTANTE

Sor Faustina, que murió en 1938 fue declarada Santa por el Papa Juan Pablo II el 30 de abril del 2000, quien la ha considerado como la gran Apóstol de la Divina Misericordia en nuestro tiempo, cuyo mensaje es urgentemente necesario para el mundo de hoy.
 




























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