jueves, 25 de abril de 2013

CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA



El viernes 13 de septiembre de 1935 Jesús reveló a Faustina un poderoso medio para obtener la misericordia de Dios para el mundo: la corona de la Divina Misericordia. 

Jesús le dijo como rezarlo: “Esta oración sirve para aplacar la ira de Dios. La rezarás por nueve días en tu rosario ordinario de la siguiente manera: al principio rezarás un Padre Nuestro, una Ave María y un Credo. Después rezarás en las cuentas grandes: “Padre Eterno yo te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Tu Amadísimo Hijo y Señor Nuestro Jesucristo como propiciación por nuestros pecados y por los del mundo entero”. En las cuentas pequeñas: “Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero”. Al final rezarás tres veces: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten Misericordia de nosotros y del mundo entero”. (D. 474-476). 

En 1936 el P. Miguel por vez primera imprimió en Cracovia esta corona en el reverso de la estampa con la imagen de la Divina Misericordia que el artista pintó en Vilnus, lugar de las apariciones. 

En el mismo año Faustina fue destinada al pueblito de Walendow, en donde debía trabajar en el campo todo el día hasta el anochecer. Su salud comenzó nuevamente a deteriorarse. Allí escribió: “Yo sé que el grano de trigo debe ser molido para hacerse alimento. De la misma manera debo ser destruida para ser útil a la Iglesia y a las almas aunque externamente nadie note mi sacrificio” (D. 641)

Esquema para rezar la Coronilla a la Divina Misericordia

PROMESAS
"Alienta a las personas a decir la Coronilla que te he dado...Quien la recite recibirá gran Misericordia a la hora de la muerte"

"Los Sacerdotes la recomendaran a los pecadores como su último refugio de salvación. Aún si el pecador más empedernido hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita Misericordia. Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia"

"Escribe que cuando digan esta Coronilla en presencia del moribundo, Yo me pondré entre mi Padre y él, no como Justo Juez sino como Misericordioso Salvador".

viernes, 12 de abril de 2013

HISTORIA DE LA IMAGEN DE LA DIVINA MISERICORDIA



El cuadro es esencial en la devoción a la Divina Misericordia y además es la síntesis visible de todos los elementos fundamentales que la componen: la imagen de Jesús Misericordioso nos recuerda toda ella la esencia del culto, el Amor de Dios entregado en Jesús resucitado, luz que disipa las tinieblas del pecado y de la muerte, paz que reconcilia al hombre con Dios y al hombre con su hermano, alegría que brota de la confianza y la seguridad de saber que hemos sido salvados, redimidos para siempre. La inscripción, al pie de la imagen: “Jesús en ti confío” nos llama a poner nuestra vida en sus manos con total confianza. La imagen nos llama, con su mirada, a sentir y recibir la Misericordia de Dios y a la vez nos invita a ser misericordiosos con nuestros hermanos.


En la imagen Jesús quiso dejar plasmado su deseo de que recordáramos el deber que tenemos los cristianos de “amar activamente al prójimo”, así se lo decía a Santa Faustina: “Esta imagen recordará a los hombres las exigencias de Mi Misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil”. El culto a la imagen ha de unir fe ferviente con obras de servicio y de amor a los demás, es decir la práctica de las obras de misericordia.


El origen de la imagen está vinculada a la visión que tuvo Santa Faustina en su celda del convento de Plock (Polonia). Así nos lo relata ella misma. Al anochecer del  22 de febrero de 1931, estando en mi celda vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca. Tenía una mano levantada para bendecir y con la otra tocaba la túnica sobre el pecho. De la abertura de la  túnica en el pecho salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido. En silencio, atentamente miraba al Señor, mi alma estaba llena de temor, pero también de una gran paz y alegría. Después de un momento, Jesús me dijo: “Pinta una imagen según el modelo que ves y firma: Jesús en ti confío. Deseo que esta imagen sea venerada en el mundo entero. Prometo que la persona que venere y lleve consigo esta imagen no se perderá de mi Camino. Yo Mismo la defenderé como a Mi gloria”. Esta imagen quiero imprimirla en tu alma”.


Más tarde Santa Faustina pidió a Jesús que le explicara el sentido del cuadro Jesús le respondió: 

 

“Los dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas (símbolo de los sacramentos del bautismo y la penitencia). El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas (símbolo del sacramento de la Eucaristía). Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi Misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza.  Estos rayos protegen a las almas de la indignación de Mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios”.
 

Respecto a su mirada en la imagen el mismo Jesús le dijo a Santa Faustina: “Mi mirada en esa imagen es igual a la mirada desde la cruz”. Cuando contemplamos el cuadro hemos de mirarlo a los ojos y abrir nuestro corazón a la infinita gracia y Misericordia que emana de su mirada, llena de amor y de infinita ternura.




 
La mano derecha de Jesús, levantada en signo de bendición, manifiesta la voluntad del Padre de acoger a todos los hombres en su corazón y de derramar sobre ellos todas sus gracias, por medio de su Hijo Jesucristo. Jesús es la bendición del Padre para toda la humanidad, especialmente para los pecadores y más alejados de su Misericordia.



Sobre la inscripción del pie del cuadro “Jesús, yo confío en Ti” Santa Faustina nos dice: “Una vez mi confesor me preguntó cómo debía ponerse la inscripción en esta imagen, porque no había suficiente lugar para colocarla entera. Contesté que rezaría y que respondería la semana siguiente. Al abandonar el confesionario pasé cerca del Santísimo Sacramento y recibí el conocimiento interior sobre la manera de colocar esta inscripción. Jesús me recordó, como me lo había dicho la primera vez, que había que hacer resaltar estas palabras: “Jesús en ti confío”. Comprendí que Jesús desea toda la fórmula.”


El sentido profundo de este cuadro nos lo aclara, por medio de Santa Faustina, el mismo Jesús: “No en la belleza del color, ni en la del pincel está la grandeza de esta imagen, sino en Mi gracia”.


          Jesús insiste en muchas ocasiones a  Santa Faustina sobre la conveniencia de acoger y venerar esta imagen como un signo de su Misericordia y una fuente inagotable de gracias y bendiciones:



          “Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la firma: Jesús, en Ti confío”.



          “Dile a tu confesor que la imagen esté expuesta en la Iglesia y no en el convento dentro de la clausura. Por medio de esta imagen colmaré a las almas con muchas gracias, por eso que cada alma tenga acceso a ella”.



        “Muchas almas han sido atraídas a Mi amor por esta imagen. Mi Misericordia actúa en las almas mediante esta obra”.



          Santa Faustina dice: He visto la gloria de Dios que fluye de esta imagen. Muchas almas reciben gracias aunque no lo digan abiertamente. Dios recibe gloria a través de ella (la imagen) y los esfuerzos de Satanás y de la gente mala se estrellan y vuelven a la nada. A pesar de todo la Divina Misericordia triunfará en el mundo entero y recibirá el culto de todas las almas”.



          Jesús definió claramente tres promesas vinculadas con la veneración de la imagen:



1.    “El alma que venere esta imagen no perecerá”  Es la promesa de la salvación   eterna.



2.    “También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre el enemigo”



3.    “Yo mismo la defenderé como a mi gloria, en la hora de la muerte”



Pongan la imagen de la Divina Misericordia en su hogar, en su trabajo, en su cartera. Ponganla y llévenla siempre junto a su corazón, tenganla siempre cerca de ustedes. El Señor Jesús los protege y los bendice por medio de ella.


En estos textos se explica la doctrina de la Iglesia en cuanto a imágenes, la justificación y la gracia. Primero, por si sola una imagen es meramente una pintura, no importa cuan hermosa y expresiva. Sin embargo, puede señalarnos los misterios de la fe y disponernos a recibir aquello que representan, en este caso la Divina Misericordia.



Es por tanto el recipiente, no la fuente, un recordatorio, no la realidad. Esta realidad es la fuente misericordiosa de gracias que mana del Corazón traspasado de Cristo en la Cruz, y que mana visiblemente para representar lo visible, es decir lo sacramental, los signos de gracia, el Bautismo y la Eucaristía, representando todos los sacramentos de la Iglesia. Por ende, San Juan en su primera epístola insiste en la presencia de lo invisible con lo visible, el Espíritu con el Agua y la Sangre.
 

La primera imagen de la Divina Misericordia fue pintada en Vilna en 1934, en el taller de Eugeniusz Kazimirowski, Santa Faustina dirigió personalmente el trabajo del artista. Al ver el lienzo terminado, se afligió mucho y llorando se quejaba al Señor Jesús, "¿Quién puede pintarte bello como eres?" En respuesta oyó, "No en la belleza del color, ni en la del pincel, está la grandeza de esta imagen, sino en Mi gracia". (Diario 313)

Por primera vez la imagen fue presentada y venerada públicamente en el santuario de la Madre de Dios de la Misericordia en Ostra Brama (Vilna), entre el 26 y el 28 de abril de 1935, despertando mucho interés entre los fieles. 
Pero es la imagen de Lagiewniki en Cracovia, pintada por Adolf Hyla, la que se hizo famosa en el mundo. La primera imagen de este artista, ofrecida como voto por la salvación de su familia de la guerra, fue bendecida el 7 de marzo de 1943 y a partir de aquella fecha se celebran oficios públicos a la Divina Misericordia en el santuario de Cracovia. Como la imagen era demasiado grande y no cabía en el altar donde se la colocaba para celebrar oficios a la Divina Misericordia, la madre superiora pidió a este mismo artista otra imagen de tamaño y forma correspondientes al nicho del altar lateral. El primer domingo después de Pascua, el 16 de abril de 1944, se bendijo la nueva imagen que presentaba a Jesús Misericordioso con una pradera y un matorral al fondo. En 1954, Hyla repintó el lienzo eliminando la pradera y el matorral, haciendo el fondo oscuro y pintando el suelo bajo los pies de Jesús. 
Aunque la imagen de Jesús Misericordioso de la capilla de Cracovia-Lagiewniki no fue la primera, es ella la que se hizo famosa por las gracias. Sus copias y reproducciones se divulgaron por todo el mundo cumpliéndose así el deseo de Jesús, "Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y luego en el mundo entero..." (Diario 47)

Hoy se pinta la Imagen, con un cielo nublado al fondo, la realidad es que es la hora en que nació la Divina Misericordia de Jesús, a la hora de su muerte, a las tres de la tarde. A esa hora el cielo se nublo.